La maternidad me ha llevado a transitar luces y sombras que nunca hubiera imaginado, donde la realidad chocaba y no se ajustaba con mis expectativas. Ser mamá supuso en mí una pequeña gran revolución. Me permitió poderme escuchar de verdad y sentir lo que mi cuerpo hablaba. Rompiendo ciclos de crianza, escuchando a mi niña interior para poder sostener todo lo que mi hija ha venido a reflejarme para aprender día a día.

Sentí que mi camino era poder ayudar a mujeres en un momento vulnerable, intenso y revolucionario de sus vidas, como es la maternidad. Sosteniendo, ayudando a transitar procesos, poniendo un poco de luz a la soledad. Esa soledad es curiosa, siempre estás acompañada de tu bebé, pero a la vez sientes una soledad profunda que no puedes evitar. Cada experiencia materna es diferente, pero siempre es importante sentirte escuchada, validada y acompañada.

Acompaño desde una visión integradora. Tengo formación en psicología perinatal, trauma, EMDR, en adopción, acogimiento y postadopción, y psicología de la educación.